miércoles, 15 de abril de 2009

El poder mágico de la turquesa

Gaspar de Morales, el boticario de Paracuellos del Jarama del siglo XVI es un buen ejemplo de quienes creen que la ciencia y la magia puede ir de la mano. Su libro titulado "De las virtudes y las propiedades maravillosas de las piedras preciosas" es buen ejemplo de ello.

Cuando define a la turquesa dice que su nombre significa que es de color ni azul, ni verde ni blanco, que esta gema tomó su nombre de su región de origen que es Turquia. Es una gema que tiene la propiedad de Venus.

¿Pero que significa eso de Venus? Eso quiere decir que quién la lleva se siente inducido a "sacar" su capacidad de seducción, a dar energía a la faceta de la personalidad más atractiva, más simpática y más sociable.

Llevar turquesas auténticas hace brotar desde dentro la gracia que uno tiene, tenga la que tenga, que siempre se tiene, sólo falta que se nos motive para exteriorizarlo. La turquesa induce a la ternura, el amor, la dulzura, el cariño y la piedad, todo junto. Es una buena gema para ablandar "corazones duros" y calentar "almas insensibles".

Es tan fuerte su poder en abril y mayo, que hasta las mentes más escépticas y los corazones más cerrados sucumben ante el poderoso influjo de esta gema maravillosa. Ese su poder consiste en colocar frente a uno a la persona adecuada para entregarse al amor.